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El primero es de carácter voluntario, y está basado en las cuotas. Esto requiere un nivel más amplio de apoyo, ya que los dueños de las propiedades y las empresas tienen que percibir que la asociación va a aportar valor a su calle comercial. En el caso de que algunas de las empresas estén teniendo dificultades financieras o flujos de caja negativos, tendrán la posibilidad de no efectuar el pago correspondiente a ese periodo de tiempo.
El segundo método consiste en un impuesto específico. En la ciudad de Nueva York, existe una ley que permite crear distritos comerciales, si más de la mitad de los propietarios están de acuerdo con este impuesto específico antes de la adopción del distrito individual. Una vez aprobado por el consejo municipal y ratificado por el alcalde de la ciudad, todos los propietarios o empresas están obligados a pagar el impuesto cada año. Esta es una manera mucho más estable para la financiación de dichas asociaciones. En la actualidad hay alrededor de 65 distritos (el equivalente a una asociación comercial en España) de este tipo en la ciudad de Nueva York.